Se han convertido en toda una desgracia para paisaje de la "Verde Cantabria". Pero parece ser que a nadie preocupa, por que nadie hace nada, ni pone remedio para evitar que sigan propagándose, ahora ya no es sólo las cunetas. Ocupan grandes extensiones de prados, montes, están entre los árboles y hasta en las dunas de las playas.