El desembarco que no se produjo en Liencres.

"En el año 2000, miembros de la asociación Mortera Verde decidieron hacer un rastreo intensivo del monte Picota, en el municipio de Piélagos, para catalogar un total de 21 estructuras localizadas de la guerra civil y darlas una utilidad. Se trataba de un trabajo difícil por la presencia de maleza de las plantaciones de eucalipto y las áreas cubiertas de escajo que cubrían los búnkers, trincheras antiaéreas, nidos de ametralladoras y depósitos de munición que fueron construidos por el Ejército Republicano.
En el siglo XX, el monte Picota iba a desempeñar un notable papel en el control militar de la llanura litoral ubicada en torno a Santander.
El inicio de la guerra civil y la necesidad de defender el paso hacia la capital por parte de las tropas de la República, decidió a levantar una línea defensiva que hipotéticamente debería haber hecho frente a un desembarco naval franquista en la zona de Liencres, o a un avance de las tropas nacionales a lo largo de la franja litoral. La entrada por El Escudo, y no por la costa, dejó inutilizado esta red de búnkers y demás estructuras militares.
Ante el temor de un posible desembarco aliado durante la Segunda Guerra Mundial, esta red defensiva fue habilitada de nuevo, ésta vez por el régimen del general Franco. A finales del año 1943, el monte Picota fue definitivamente desmilitarizado.
Gracias a una subvención de la Consejería de Cultura y la colaboración del equipo de arqueólogos del Caeap de Camargo, los elementos descubiertos pudieron ser inventariados y documentados por los arqueólogos de otra empresa, GAEM, que confeccionaron un informe que fue presentado por Mortera Verde para solicitar una protección patrimonial.
El 28 de mayo de 2004, la Consejería de Cultura incoó expediente para Bien de Interés Local (BIL), con categoría de monumento, al conjunto de estructuras bélicas. En ese momento había catalogados 21 elementos, la inmensa mayoría búnkers, aunque desde entonces han aparecido dos puestos de mando y dos nidos de ametralladoras. También se sabe que la cercana cueva de los Cirrios fue utilizada como almacén, y de la existencia de algunos túneles que comunicaban el puesto central, situado junto al Palacio de los Condes de Mortera, con algunos de los búnkers.
La notable calidad medioambiental del macizo, el excepcional paisaje que se disfruta desde sus cimas y la capacidad de recorrer el yacimiento siguiendo la crestería del monte, llevó a Mortera Verde y Caeap a proponer la ejecución de una senda peatonal que recorriera los diferentes búnkers, después de su restauración. La iniciativa, que sigue a la espera, contempla la conversión de estos fortines militares en miradores y puntos didáctico-informativos, con el fin de promocionar los vestigios de una guerra fraticida en un punto para el disfrute de todos los ciudadanos, sin renunciar a su conocimiento.
La mayor parte de esta montaña está protegida por su condición de BIL, debido a las estructuras militares de la guerra civil, únicas en Cantabria, y además goza de una protección cautelar mientras se elabora el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque Natural de las dunas de Liencres. En el monte Picota existe también una señal de prohibición de tráfico rodado a vehículos de uso no agrícola ubicada en el acceso a las pistas. Un colectivo de propietarios de terrenos llamado Asociación de Afectados por las Trincheras, pretende desproteger mediante acciones legales los valores patrimoniales del monte Picota, entre ellos, la red de búnkers. ¿Vía libre a futuras construcciones cuando pase el ciclón de la crisis?
El monte Picota, a caballo de las localidades de Mortera y Liencres, constituye uno de los accidentes geográficos más notables y destacados de la llanura litoral del centro de la región cantábrica. Esta sierra, que cierra por el noroeste la comarca de la Bahía de Santander, constituye un punto estratégico, desde donde es posible controlar buena parte de la costa cantábrica, al menos entre las desembocaduras del Saja-Besaya, por el oeste, hasta Cabo Mayor, por el este.
Un mirador único en Cantabria. La ubicación privilegiada de La Picota sobre el conjunto formado por el Parque Natural de las Dunas de Liencres, el estuario del Pas y el hermoso lienzo de costa que discurre hacia este y oeste la convierten en uno de los mejores miradores de la Región, enriquecido con vistas de Santander y su bahía, así como de las montañas más espectaculares de Cantabria, que abarca desde los frecuentemente nevados Picos de Europa hasta los montes de Lunada y Peñas Rocías, pasando por las sierras del Tresmares y Peñasagra.
De origen kárstico, el macizo de La Picota está formado por media docena de pequeñas cumbres que conservan formaciones de dunas fósiles y centenares de simas y cuevas, algunas de ellas con yacimientos arqueológicos."