Un colectivo de padres de Piélagos, encabezado por Patricia Delgado, denunció ayer la discriminación que a su juicio se produce en la adjudicación de plazas del programa de conciliación laboral y familiar de la Concejalía de Servicios Sociales de Piélagos, la 'Jugueteca de Verano'. Según este grupo de padres, las familias con mayores ingresos no pueden acceder a este servicio, lo que supone un trato discriminatorio. La 'Jugueteca de Verano' se puso en marcha hace cinco años con el objetivo de ofertar cursos y talleres para los niños de entre 3 y 10 años de edad durante los meses de julio y agosto. Estas actividades se desarrollan en horario continuo, de ocho de la mañana a ocho de la tarde, prestando, a su vez, un servicio de atención permanente que libera a los padres del cuidado de los niños mientras trabajaban. Hasta hace un año, las inscripciones para participar en el programa eran aceptadas en función del orden de entrega. El año pasado se establecieron nuevos criterios de selección y comenzó a admitirse a niños cuyos padres tuvieran una determinada renta. Así, los ingresos de aquellas unidades familiares compuestas por cinco miembros o más, no pueden superar los 3.180 euros mensuales y, los de las integradas por tres componentes, los 2.800. Una fórmula «justa para todo el mundo», afirma la concejala de Servicios Sociales, Eva Arranz, quien cree que así se trata de «evitar la masificación del servicio en favor de preservar su calidad», al tiempo que se asegura que «los menos favorecidos tienen acceso a una prestación a la que otros pueden aspirar de forma privada». La 'Jugueteca de Verano' tiene un precio de 50 euros al mes para los niños que acuden cuatro horas diarias, y de 80 a partir de las cinco horas. Los padres que han denunciado lo que califican de «trato discriminatorio» han recogido firmas para pedir la modificación de los criterios de selección. Afirman que el pasado año tuvieron que contratar un servicio privado y no ven justo que sus hijos no puedan participar en este programa municipal, concebido para atender a los niños durante la jornada laboral de los padres. «También pagamos impuestos y tenemos esta misma necesidad», apunta Patricia Delgado, vecina de Boo, que insiste en que a su hija de seis años «la han discriminado» porque «no puede ir a los talleres a los que van sus amigos». «Pago lo que haga falta» Patricia Delgado dice estar dispuesta a abonar lo que sea necesario para que su hija pueda acudir a la Jugueteca. «Pago lo que haga falta», asegura Delgado, quien añade que «aunque pueda permitirme una jugueteca de un coste más elevado, quiero que mi hija esté con los niños que han sido sus compañeros de clase». Por su parte, Eva Arranz sostiene que hace un año «tuvimos que establecer una normativa porque estábamos desbordados de peticiones, sobre todo en la zona norte del municipio y lo cierto es que el servicio tiene las plazas que tiene (unas 200) y la instalaciones de Parbayón, Puente Arce y Liencres no dan para más».