La localidad de Mortera de Piélagos vuelve a ser castigada por nuevos hurtos en viviendas. Entre los vecinos se habla de dos tipos de bandas organizadas -una de ellas especializada en acceder a las casas por las ventanas- y la Guardia Civil confirmó ayer la existencia de una denuncia efectuada este mismo mes de octubre por un robo en un chalet. Según los testimonios, los ladrones acceden a las viviendas en las horas centrales del día, aprovechando que los propietarios se encuentran trabajando o recogiendo a los niños en el colegio.
Según la Guardia Civil, el robo que ya ha sido denunciado se produjo hace apenas unos días en un chalé de la localidad. A plena luz del día, los cacos accedieron por una ventana al interior de la vivienda. No es la primera vez que eligen Mortera como centro de operaciones. En el verano de 2009 los vecinos ya sufrieron una oleada de hurtos que provocaron en el pueblo un estado de inquietud generalizado. El año pasado también se produjeron saqueos en el barrio de Rodil.
Los propietarios de 'El Kiosko de Silvia' explican que esta misma semana hablaron con una vecina de la localidad que aseguraba que se estaban produciendo robos en la urbanización Mar, bastante próxima al puesto. Silvia Velategui, que regenta el establecimiento, y su padre Manuel comentan que en ese momento recordaron a dos jóvenes que pasaron por su tienda este mismo martes, a última hora de la tarde: «No nos causaron buena impresión, la verdad es que llamaban la atención. Eran dos chicos de unos 30 años que iban con vaqueros y un pañuelo atado al cuello».
Reconocen, eso sí, que los extraños fueron muy correctos: «Nos dieron las buenas noches, compraron un par de cosas y se marcharon». Según cuenta Manuel Velategui, la misma vecina que habló del robo en la urbanización estuvo a punto de entrar en el kiosko al ver a los dos hombres -mientras pasaba el martes junto a la tienda-. No la gustó su aspecto y pensaba que Silvia se encontraba sola en ese momento.
Según la Guardia Civil, el robo que ya ha sido denunciado se produjo hace apenas unos días en un chalé de la localidad. A plena luz del día, los cacos accedieron por una ventana al interior de la vivienda. No es la primera vez que eligen Mortera como centro de operaciones. En el verano de 2009 los vecinos ya sufrieron una oleada de hurtos que provocaron en el pueblo un estado de inquietud generalizado. El año pasado también se produjeron saqueos en el barrio de Rodil.
Los propietarios de 'El Kiosko de Silvia' explican que esta misma semana hablaron con una vecina de la localidad que aseguraba que se estaban produciendo robos en la urbanización Mar, bastante próxima al puesto. Silvia Velategui, que regenta el establecimiento, y su padre Manuel comentan que en ese momento recordaron a dos jóvenes que pasaron por su tienda este mismo martes, a última hora de la tarde: «No nos causaron buena impresión, la verdad es que llamaban la atención. Eran dos chicos de unos 30 años que iban con vaqueros y un pañuelo atado al cuello».
Reconocen, eso sí, que los extraños fueron muy correctos: «Nos dieron las buenas noches, compraron un par de cosas y se marcharon». Según cuenta Manuel Velategui, la misma vecina que habló del robo en la urbanización estuvo a punto de entrar en el kiosko al ver a los dos hombres -mientras pasaba el martes junto a la tienda-. No la gustó su aspecto y pensaba que Silvia se encontraba sola en ese momento.
En la urbanización Mar
En los locales de la Fontanería Doyagüez también afirman que los robos se han producido esta vez en la urbanización Mar, junto a la iglesia del pueblo. Además, explican que la Guardia Civil les ha alertado de una posible nueva oleada en los próximos meses, sobre todo «a partir del cambio de hora y hasta Navidad, aprovechando que anochece antes y que los padres se encuentran trabajando o recogiendo a los niños que hacen actividades extraescolares».
En la urbanización Mar los vecinos se muestran preocupados ante estos sucesos. Guillermo Lahoz ya sufrió un robo en su propia vivienda hace tres años: «Entraron en casa por la mañana, cuando estábamos en el trabajo. Se llevaron algo de dinero en metálico, varios relojes y joyas». Reconoce que les tocó «pasarlo mal». «Fue una época de psicosis». Gracias al seguro recuperaron una parte de lo sustraído y, desde entonces, han colocado persianas en todos los ventanales de la vivienda, así como instalado un sistema de alarma: «También hemos contratado una chica para que se ocupe de las labores domésticas y ahora siempre hay alguien en casa. Otros vecinos tienen perros y han subido incluso los portones de entrada». Lahoz considera que los últimos tiempos han sido tranquilos, aunque sí reconoce que ahora se cruzan con más agentes: «Esta misma mañana he visto una patrulla en la rotonda de entrada al pueblo».
En la oleada de robos del año 2009 los vecinos denunciaron que echaban en falta más efectivos y más presencia de la Guardia Civil en la zona.