Desmochados o Podas Mutilantes ...

Los árboles son seres vivos y no mobiliario urbano que se suprime o se cambia a capricho. Son el patrimonio ambiental, social y cultural de nuestras ciudades y pueblos. Por eso toda actuación que se efectúe sobre ellos debe ser justificada y realizada con el conocimiento y cualificación técnica necesaria. Y siempre intentando compaginar las necesidades de los espacios urbanos con la salud de estos seres vivos que tantos beneficios aportan a la vida de los humanos.
Las consecuencias que conllevan los "desmochados" o podas drásticas son:
· Los cortes efectuados en las ramas provocarán la entrada de agentes patógenos (hongos principalmente) que causarán la pudrición de la madera. El árbol quedará debilitado mecánicamente y aumentará el riesgo de caída.
· El árbol NO brotará con más fuerza. Los nuevos crecimientos que tendrá en primavera serán brotes de emergencia, es decir, los brotes que necesita para poder sobrevivir (fotosintetizar) en una situación de estrés.
· Las ramas nuevas que se formarán de estos brotes de emergencia tendrán una estructura mecánica inestable al apoyarse en madera susceptible a pudrición. Esto las hará más propensas a caídas. Esta situación se agrava por otros dos factores: el crecimiento desmesurado en longitud que experimentan estas ramas y su situación de anclaje superficial en el tronco ( no han surgido de un entroncamiento secuencial).
· Estas tres circunstancias (poner al árbol en una situación de estrés que lo debilita, forzar el crecimiento de ramas estructuralmente inestables y fomentar la pudrición) hacen del desmochado una práctica muy dañina, ya que es de hecho una mutilación, inconcebible en nuestros días de sensibilización hacia los seres vivos. Los árboles sometidos a desmochados arbitrarios ven reducida su duración de vida y no suelen alcanzar más de los 30 o 40 años en condiciones de estrés permanente.