"Las estructuras militares del Monte Picota, en el municipio de Piélagos, continuarán siendo un Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Zona Arqueológica. Así se desprende de la decisión tomada por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), que ha desestimado el recurso presentado por Lorenzo López Hoyuela y José Alonso Revilla junto a la Asociación de Afectados por la Declaración de Bien de Interés de los Terrenos del Monte Picota respecto a la consideración dada a estos terrenos, primero, en 2006, por el director general de Cultura, y después, en 2008, por el Consejo de Gobierno de Cantabria.
El TSJC considera que la falta de notificación del acuerdo de incoación del expediente del BIC a esta asociación, uno de los argumentos esgrimidos por los recurrentes, no existió, ya que en aquel momento la asociación no formaba parte del expediente. Asimismo, el Tribunal considera que tampoco hubo falta de información pública, otra de las alegaciones, ya que el Boletín Oficial de Cantabria lo publicó el 6 de agosto de 2006.
Entre los argumentos de los recurrentes figuraba también el hecho de que no se señalara instructor del procedimiento, algo que no ha provocado indefensión, a juicio del TSJC, que también rechaza la valoración que de estas estructuras hacen quienes presentaron el recurso, que consideraban que no tenían valor arqueológico alguno, algo que no considera correcto, y para ello apela a diferentes informes que contradicen esta estimación. Ni siquiera atiende a los defectos de tramitación denunciados, ya que, a su juicio, esta declaración se desarrolló conforme a ley.
Largo proceso
La Picota, un monte donde confluyen las localidades de Liencres, Mortera y Boo, es el escenario de numerosos conflictos que han venido enfrentando desde 2003 a casi un centenar de propietarios de los terrenos, 80 de ellos en el área afectada por el BIC, y a la asociación ecologista Mortera Verde. Ésta por su intención de proteger y aquéllos por hacer prevalecer sus derechos sobre su patrimonio.
En 2003, la Consejería de Urbanismo del Gobierno de Cantabria incluyó buena parte de La Picota dentro del Plan de Ordenación del Litoral (POL), con la figura del Área de Interés Paisajístico. Un año más tarde, la Consejería de Cultura incoó expediente para Bien de Interés Local (BIL) con la categoría de monumento al conjunto de estructuras militares existentes en la zona. Esta figura quedó anulada por vencimiento del plazo pero este departamento presentó otra declaración superior, la de Bien de Interés Cultural.
«Una sobreprotección excesiva», denunciaban los propietarios, que forman un colectivo de unas 80 personas afectadas. A esto se sumó en 2007 la inclusión del sector 2, ubicado en la ladera norte de la Picota, en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) por parte de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, un trámite que está aún en su primera fase, pero en el que se ve afectado ya el propietario del terreno, una constructora gallega que estaría tratando de amortizar la inversión hecha con la figura de aprovechamiento, esto es, compensando ése terreno por otro que no esté protegido. "